martes, 24 de junio de 2014

Ardor Guerrero

De Antonio Muñoz Molina

La mili de AMM

Era el último día, habíamos agotado todas nuestras medidas de tiempo, habíamos resistido y empujado a fuerza de pura obstinación la cuenta atrás larguísima de nuestro cautiverio, día tras día durante trece meses, desde el primer día que terminó en el campamento de Vitoria, el primer rompan filas, el primer grito de aire, cuando imaginábamos despavoridos aquel acantilado y aquel himalaya de días y meses delante de nosotros, aquel océano incierto de tiempo que nos había parecido tan tenebroso y sin orillas ulteriores como el Atlántico a los navegantes antiguos

martes, 10 de junio de 2014

la de Bringas

De Benito Perez Galdós

Era este Pez el hombre más correcto que se podía ver, modelo excelente del empleado que llaman alto porque le toca ración grande en el repartimiento de limosnas que hace el Estado; hombre que en su persona y estilo llevaba como simbolizadas la soberanía del gobierno y las venerables muletillas de la administración. Era de trato muy amable y cultísimo, de conversación insustancial y amena, capaz de hacer sobre cualquier asunto, por extraño que fuese a su entender oficinesco, una observación paradójica. Había pasado toda su vida al retortero de los hombres políticos, y tenía conocimientos prolijos de la historia contemporánea, que en sus labios componíase de un sin fin de anécdotas personales. Poseía la erudición de los chascarrillos políticos, y manejaba el caudal de frases parlamentarias con pasmosa facilidad. Bajo este follaje se escondía un árido descreimiento, el ateísmo de los principios y la fe de los hechos consumados, achaque muy común en los que se han criado a los pechos de la política española, gobernada por el acaso. Hombre curtido por dentro y por fuera, incapaz de entusiasmo por nada, revelaba Pez en su cara un reposo semejante, aunque parezca extraño, al de los santos

...
Ay, qué Madrid este, todo apariencia. Dice un caballero que yo conozco, que esto es un Carnaval de todos los días, en que los pobres se visten de ricos. Y aquí, salvo media docena, todos son pobres. Facha, señora, y nada más que facha. Esta gente no entiende de comodidades dentro de casa. Viven en la calle, y por vestirse bien y poder ir al teatro, hay familia que se mantiene todo el año con tortillas de patatas... Conozco señoras de empleados que están cesantes la mitad del año, y da gusto verlas tan guapetonas. Parecen duquesas, y los niños principitos. ¿Cómo es eso? Yo no lo sé. Dice un caballero que yo conozco, que de esos misterios está lleno Madrid

viernes, 6 de junio de 2014

el linchamiento

De Federico Jiménez Losantos