domingo, 25 de octubre de 2015

Caballo de oros

de Víctor F. Freixanes

Lo confieso, intenté leerlo en gallego y me atasqué, hasta que leí en el blog de Xavier Alcalá una reseña del libro traducido que me animó... y lo leí de un tirón (debería avergonzarme, pero queda como "deberes" volver a leerlo en gallego). Fascinantes personajes, que el autor se toma en serio y dedica gran parte del libro a construir su historia y personalidad. De hecho, aunque es uno de los mejores libros que he leído últimamente, los personajes son tan ricos que da un poco de pena no seguir con ellos un par de libros más. En particular, ese cura que...
Eran tal el vicio y la ciencia que tenía que en una ocasión, mientras oficiaba una misa de funeral, apurado por la cita de una partida que iba a librarse hacia la parte de Noia, mar de Compostela, con mucho dinero de señorío encima de la mesa –debemos suponer que igual que ahora–, y mientras los compadres de montería esperaban por él a la puerta de la iglesia con un coche de punto, porque la tirada era larga y les llevaría algún tiempo si querían llegar a la hora concertada avanzando por los vericuetos de la montaña, absorto el de Boullón en las estrategias que tenía ensayadas, digo, tanto aceleró la ceremonia, saltando por encima de responsos y letanías, que se volvió hacia los presentes y, en vez de la despedida: ite missa est, dicen que soltó aquello de «siete al caballo», y allá se quedaron, el difunto y los parientes, el sacristán y el sepulturero, pues no había tiempo para más, dado que el compromiso apuraba. Siete al caballo.
... pero Freixanes no se queda en personajes. Alrededor de la partida más desquiciante del siglo, donde los intereses en las apuestas llegan a lo más alto, teje la tierna y terrible historia de Rosaura y el Licenciado Lobeiras, que me recuerdan las mejores páginas de García Márquez.
En fin, no soy dado a la literatura, aunque me encanta leer. Pocas veces encuentro libros que, como este, combinen la acción, la gamberrada, el humor y la sensibilidad, el encanto de las leyendas.
Moi ben, Mr. Freixanes!

2 comentarios:

nelacea dijo...

Qué bonito. Aunque me gusto más esta mañana, cuando me contaste esa historia preciosa paseando por el monte. Lo anoto para leerlo y lo intentaré en gallego.

nelacea dijo...
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